Nuestro laberinto
Buscando la paz y la tranquilidad
Calma y transforma tu espíritu en el Laberinto
No es necesario concertar cita
El laberinto es un espacio sagrado diseñado para la reflexión y la oración en silencio. Su propósito fundamental siempre ha sido el mismo: crear un camino hacia lo Sagrado. Trasciende la religión y la cultura, invitando a quienes lo recorren a buscar paz, claridad y conexión con lo Divino.
Un laberinto no es un laberinto. Hay un camino claro hacia el centro y una salida. En la Edad Media, los laberintos ofrecían a los cristianos una forma simbólica de peregrinar sin salir de casa. Con el tiempo, la Iglesia adoptó este antiguo diseño como una práctica espiritual para la meditación y la renovación.
El diseño
Nuestro laberinto está inspirado en el de la Catedral Grace de San Francisco, que sigue el diseño de 11 circuitos de la Catedral de Chartres en Francia, construida durante la Edad Media.
Ubicado al aire libre, al sur de la iglesia, nuestro laberinto se encuentra apartado en un tranquilo espacio desértico. Aquí, rodeado de belleza y quietud, te invitamos a liberarte de las distracciones, centrarte y descansar en la presencia de Dios.
Un poco más allá del laberinto se encuentra nuestro Oasis de Palmeras, un lugar tranquilo para continuar su viaje interior.
¿Por qué recorrer el laberinto?
La gente camina por el laberinto por muchas razones:
- Para encontrar el centrado mental y espiritual
- Para calmar y transformar el espíritu
- Para liberar cargas o abrir el corazón a la sanación.
No hay una manera correcta o incorrecta de caminar; es tu camino. Algunos encuentran que reduce el estrés y estimula la creatividad; otros experimentan respuestas a sus oraciones o momentos de profunda comprensión.
Tómate un tiempo en el centro para hacer una pausa, orar o simplemente escuchar la voz serena de la Divinidad en tu interior. Cada paseo es único. Lo que descubras puede ser diferente cada vez.
Pautas del laberinto
- Haz una pausa en la entrada para centrarte.
- Deje espacio entre usted y los demás caminantes.
- Al llegar al centro, siéntate, párate o incluso baila: es tu momento sagrado.
- Camina a tu propio ritmo; no hay un camino correcto o incorrecto.
- Cuando esté listo, siga el mismo camino y salga en paz.






